martes, 29 de septiembre de 2009

Meditaciones sobre el salto al vacío

(Artículo sobre el miedo de los grupos de poder ante la reivindicación de los sectores olvidados)
Guillermo Giacosa (*)
Fuente: Diario Peru21

Hay expresiones que me producen estupor. Cuando alguien dijo, tras el Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que no había que abrir las heridas, quedé pasmado sin entender cómo alguien podía pensar que las heridas de los damnificados habían cicatrizado.


Me pareció un argumento perverso que ocultaba prejuicios clasistas y la aviesa intención de tapar lo evidente. Porque de eso se trata cuando los grupos de poder opinan: de ocultar lo evidente, de maquillarlo o de decirnos que siempre puede haber algo peor que ellos manejando el mundo.


La última frase que me dejó perplejo la pronunció la candidata Lourdes Flores, de cuya buena voluntad y honestidad intelectual no dudo, pero a la que la vorágine de esta campaña electoral no le permite hilar fino. Dijo, refiriéndose a quien parece ser su más importante contrincante, que: "Votar por Humala es un salto al vacío" (cito de memoria sin alterar el sentido).


La prensa reprodujo esta expresión que ya otros políticos y periodistas habían utilizado. Caer al vacío es la esencia de la idea. Veamos: Para caer es requisito estar reposando sobre una superficie firme, de otro modo, pasaríamos de un vacío a otro.


¿Quiénes, en el Perú de hoy, están asentados sobre una superficie firme? Los grupos de poder que, históricamente, ocuparon esa suerte de zona de seguridad a la que, por falta de espacio, no tienen acceso todos los que quisieran estar en ella. Cuando se dice "salto al vacío" se está evocando una figura que atemoriza a aquellos que tienen dónde asentarse y de qué asirse.


Estos bienaventurados, como es lógico, tienen horror al vacío y se aferrarán con fuerza a quien represente la posibilidad de seguir en tierra firme. ¿Y los otros? Ese electorado que Lourdes trata de conquistar caminando por pueblos jóvenes y sitios olvidados, ¿tienen ellos, viviendo en el más dramático de los vacíos, una idea de lo que puede significar un salto en esa dirección?


No entiendo cómo se puede pretender que un concepto que puede ser una invitación a emprender una aventura que no puede ser peor que la actual, se utilice creyendo que con ello se infunde temor. ¿Qué les está diciendo? "Si vota por Ollanta perderá sus esteras, sus tres cacerolas y esa hermosa sartén que acaba de recoger en su última visita al basurero". No lo veo muy convincente.


El sector social que acompaña a Lourdes, como ocurrió con el Fredemo en la elección de 1990, se expresa desde una perspectiva clasista de la que los grupos de poder parecen incapaces de despojarse, aun al precio de la derrota, como ocurrió con Vargas Llosa.


Además, quienes compartimos el espacio llamado clase media, con ladrillos alquilados en lugar de esteras, lavarropas en cuotas y agua a domicilio, habitamos un vacío llamado incertidumbre. ¿Estaremos desempleados mañana, como nuestro primo, nuestro cuñado y nuestro vecino lo están hoy?


Ese vacío de los sectores medios no encuentra respuestas en ningún proyecto del orden establecido. "Ahuyenta las inversiones", opinan, y nosotros sabemos que lo que a ellos les ahuyenta las inversiones a nosotros nos ahuyenta la vida.
Creo que la idea de salto al vacío es menos espectacular, pero políticamente tan inoportuna como las opiniones de los progenitores de los candidatos.


(*) Renombrado Presentador de Televisión, Cronista y Ensayista Argentino, Columnista colaborador del diario Peru21.