viernes, 16 de octubre de 2009

Frente a frente con la Realidad Nacional



Son las 8:00pm. Cafés van,cafés vienen y finalmente después de unos minutos de espera llega Miguel Fernández , el autor y creador de un tour que ha levantado polvareda y que ha causado mucha polémica en el mundo del turismo en Arequipa: se trata del Reality Tour Arequipa.

A pesar de haber sido criticado,satanizado y hasta estigmatizado con el hierro candente de la inquisición dirigida por algunos representantes del sector turismo,se mantiene firme como un roble contra el que se estrellan los vientos de la crítica.

La crucifixión era una de las penas capitales en el mundo antiguo y si bien es cierto que esta pena fué abolida muchos siglos atrás,todavía se da en nuestros tiempos modernos pero con ligeras variaciones.

El terrible y pesado madero ha sido reemplazado por el verbo implacable de los opositores y la corona de espinas por los insultos y las críticas muchas veces sin fundamento por parte de un sector que sólo pretende mantener el status quo del momento presente y asi de esa manera proteger sus intereses mezquinos,personas cuya capacidad de visión está limitada por las gafas de la ignorancia.

Esta es la sociedad o suciedad que dignifica y premia a aquellos que crean armas mortales que podrían desparecer a toda la raza humana con tan solo apretar un botón y esta es la misma que condena a los creadores,a los artistas,a los virtuosos.

La vida mas que un estanque es un río,un devenir y no un estancamiento,un río que nunca será igual dos veces.Lo mismo sucede con el conocimiento,es siempre cambiante y nunca estático.

En la guerra de las ideas los hombres son siempre las víctimas de esta fatal contienda.

Sócrates fué obligado a vivir a beber la cicuta,el Jesús Cristo fué crucificado porque a través de sus enseñanzas atentaba contra los intereses económicos,políticos de las autoridades de turno al expresar su apoyo a los más necesitados y al decir abiertamente que para acercarse al Padre Celestial no había necesidad de intermediarios ni de instituciones.

Postulados revolucionarios para aquellas épocas en las que reinaba el oscurantismo por doquier.

Ahora en pleno siglo XX vivimos los efectos de la globalización: las fronteras desaparecen gracias a los medios de comunicación y el mundo está enlazado por los mismos.

Los hombres de colores se miran unos a otros a través de la pantalla de un ordenador o de un televisor y podemos conocer cada vez más acerca de un país y de su gente con tan solo navegar en internet y apretando un botón.Quien no quiera ver esto,es porque talvéz no quiera darse cuenta de ello.

Ahora en pleno siglo XX podemos comprobar que todavía existen rezagos de aquellas formas de pensamiento que si bien es cierto eran la respuesta a las necesidades de la época,estas en la actualidad serían tildadas de retrógradas para nuestra época.

En esta entrevista concedida por Miguel Fernández Cayetano a nuestro Diario Virtual "La Venganza del Cóndor" podremos darnos cuenta claramente de la situación real del turismo en Arequipa y podremos conocer más acerca del lado humano del creador de este polémico tour como lo es el REALITY TOUR AREQUIPA.

Entrevista a Miguel Fernández Cayetano



Entrevistador: Buenas noches Miguel y gracias por concedernos esta entrevista.
Siendo el Reality Tour una de las nuevas opciones en Arequipa y siendo tú el creador de la misma podrías decirnos que es para ti el Reality Tour?

Miguel Fernández: Para mi el Reality Tour como tú lo has dicho es una nueva opción en el mercado,especialmente diseñado para satisfacer las necesidades de nuestros clientes más exigentes interesados en conocer un poco más acerca de la realidad nacional del país.

Entrevistador: ¿Cuál crees que es la diferencia principal entre el Reality Tour y los tours convencionales que realizan la mayor parte de agencias de viajes y turismo de Arequipa?

Miguel Fernández: El Reality Tour es mucho más completo.No sólo se informa al turista acerca del aspecto histórico que dicho de paso es importante sino que también se tocan los aspectos socio-economico,políticos y culturales del país.
En el caso de los tours convencionales son algo más genéricos y limitados.

Entrevistador: Hablar de política y de la problemática del país es una tarea algo complicada ya que eso implica decir la verdad abiertamente y sin tapujos.
¿Has sido víctima de ataques por parte de un sector conservador del turismo en Arequipa?

Miguel Fernández: Claro que sí.Primero recibí las críticas de los mismos guías de turismo cuya mediocridad quedó evidenciada desde el inicio.Después he recibido los ataques de personas quienes de manera anónima me amenazaban con deteriorar la imagen de mi empresa y la mía.

He recibido amenazas de toda clase y detrás de esas amenazas se encuentran agencias de viajes y turismo quienes están haciendo hasta lo imposible por dañar la imagen de mi empresa,la mía,incluyendo la imagen de mi staff de guías y personal de trabajo asi como la de mi creación: el Reality Tour.

Es una vergüenza que esta situación se viene dando en Arequipa,y me causa mucha gracia porque sé muy bien que detrás de esas amenazas esta un grupo de dueños de agencias de viajes y turismo y un grupo de guías mediocres de turismo quienes en vez de perder el tiempo deberían usar su materia gris para crear sus propios circuitos y no copiar los míos que ya están patentados.

Entrevistador: Miguel ¿Podrías decirnos como nace la idea del Reality Tour y cuántos años vienes realizando este circuito?

Miguel Fernández: Claro que si.Esta idea de hacer el Reality Tour es una idea que tuve en mente hace 10 años atrás y nació en el año 2000 con el objetivo de satisfacer las curiosidades de los turistas quienes me preguntaban constantemente acerca de la educación,la
economía,salud,en el país y especialmente en Arequipa.
Los turistas vienen con bastante información "turística" de los lugares que visitan y por eso decidi darles una opción mucho más completa y real de los lugares que visitaban.

Entrevistador: Miguel tenemos conocimiento de que el costo del Reality Tour que ofreces es mucho menor que las otras ofertas en el mercado? ¿Porqué?

Miguel Fernández: Cuando decidí hacer el Reality Tour en Arequipa deje bien en claro que el Reality Tour no era para ganar dinero ni lucrar sino más bien para aopoyar de manera directa a las guarderías,escuelas,etc que se visitan durante el tour.A diferencia de las copias baratas que sólo buscan lucrar y nada más.

Entrevistador: Si tuvieras que organizar un Reality Tour para el pdte del Gobierno Regional Don Juan Manuel Guillén Benavides,¿Cuál sería el primer lugar que visitarías?

Miguel Fernández: Lo llevaría a las canteras de sillar para que vea la realidad actual de esta gente quienes desde sus antecesores han venido trabajando y cortando sillares los que son el cimiento arquitectónico de nuestra ciudad sillares que le han permitido a Arequipa ser considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Entrevistador: Promperú inició hace unos años una campaña presentando una imagen de un Perú Mágico que se contradice mucho con la imagen verdadera que ve el turista cuando toma un diario y lee acerca de los conflictos armados en el VRAE, el "Baguazo",entre otros.¿Que piensas al respecto?

Miguel Fernández: No podemos seguir vendiendo mentiras ni paraísos que no existen.Tenemos que vender una imagen más real del país.Las campañas de promoción turística deberían ser más honestas.Vendemos una magia que no existe,vendemos un país sin terrorismo,vendemos la imagen de un país sin conflictos,y cuando el turista viene y tiene acceso a los medios de comunicación se da cuenta de que todo es mentira,que aqui se habla de democracia cuando la democracia acá no existe.Para que haya democracia todos deben tener acceso al mismo sistema educativo y sabemos que eso no se da.En las ciudades los padres de familia tienen más opciones para escoger.Todo depende del factor económico.En la zona andina los niños no son tan afortunados : las escuelas se caen,no hay material de trabajo entre otros problemas que enumerarlos sería tedioso.


Promperú debe trabajar con lo que tenemos a la mano y no con irrealidades o fantasias que se desharán como burbujas de jabón apenas el turista lea el primer diario serio del país.
Perú es un país con una gran cultura,es un país de gran biodiversidad y podriamos empezar por allí.

Muchas gracias.

sábado, 3 de octubre de 2009

Cinco mitos sobre la pobreza en el Perú

Wilfredo Ardito

A muchos extranjeros que visitan el Perú no les choca la pobreza, que de alguna manera esperan encontrar, sino la indiferencia que ésta parece generar en los peruanos más afortunados. Es posible que en otras épocas se atribuyera la pobreza a “castigo” o “voluntad” de Dios. Sin embargo, existen otras creencias o mitos modernos sobre la pobreza... que terminan ayudando a mantenerla.

El primer mito es que la pobreza se debe a que lamentablemente el Perú es un país pobre. En realidad, muchos estudios nacionales e internacionales han confirmado que vivimos en un país de renta media, pero la riqueza no está distribuida de manera equitativa. Buena parte de la actividad económica no genera tributos adecuados, a veces por una legislación favorable, como convenios de estabilidad o exoneraciones tributarias, pero también debido a la informalidad: un propietario de 100 taxis obtendrá, por el alquiler, más de 5,000 soles diarios, y no pagará un sol en impuestos. La evasión tributaria, además, no sólo está vinculada a actividades informales: a pesar de la prosperidad de Máncora, las boletas o facturas son casi desconocidas y la SUNAT brilla por su ausencia.

Sin embargo, sería otro mito reducir la pobreza en el Perú a un problema de recaudación: en realidad, el Estado no emplea sus recursos para priorizar las necesidades fundamentales de los más pobres, asegurando, por ejemplo, que la atención en salud o los documentos de identidad sean gratuitos. El canon minero o petrolero podrían servir para que Cajamarca o Loreto, respectivamente, solucionaran los problemas de analfabetismo o desnutrición de sus habitantes, pero está prohibido destinar el dinero para ello, debiendo realizarse solamente gastos de infraestructura.

Un tercer mito se refiere a que los culpables de la pobreza son los propios pobres, señalando que se trata de personas ociosas y conformistas... y que quien persevera puede triunfar. Cualquiera que se acerque al mundo de los pobres advertirá los factores que bloquean sus posibilidades: la geografía, el idioma, la indocumentación, el racismo, el machismo y muchas más. Además, el mecanismo que durante décadas permitió enfrentar estas barreras, la educación pública, se ha deteriorado mucho en los últimos años. Estos problemas estructurales no son culpa de los pobres y es mas bien responsabilidad del Estado afrontarlos.

Por ello mismo, resulta tan absurdo el cuarto mito: que para combatir la pobreza, un gobierno deberá limitarse a estimular la inversión privada. Los problemas estructurales no los van a solucionar los empresarios, y tampoco es su función, sino del Estado. Además, desde las agroexportadoras de Trujillo hasta los emporios textiles de Gamarra, cuando la inversión privada implica explotar a las personas más vulnerables, no sólo no produce prosperidad, sino mayor desigualdad, más frustración y violencia. Es por ello fundamental un Estado que garantice el pleno cumplimiento de los derechos laborales en la actividad privada, incluyendo a las trabajadoras del hogar.

Queda el quinto mito sobre la pobreza, que para mí es el peor de todos y el más generalizado. Ayuda a graficarlo mi experiencia en un colectivo de Huancavelica a Huancayo donde yo viajaba al lado de una señora y su hijo. Al costado de la carretera, ya de noche, pasaba una familia de campesinos cargando pesados bultos. El niño dijo: “¡Pobrecitos!” y la mamá le respondió: “Ellos no sufren, están acostumbrados.”

Esa percepción está muy extendida: que el pobre está acostumbrado al sufrimiento: puede sufrir por un huayco, una inundación o un incendio pavoroso como el de Mesa Redonda, sus hijos pueden morir de frío o de una enfermedad curable... y ellos no sufrirían tanto como otras personas, porque no tienen la misma sensibilidad. Un ejemplo más cercano de esta mentalidad es el trato desconsiderado que muchas familias dan a las trabajadoras del hogar considerándolas seres que pueden trabajar sin horario, sometidas a múltiples privaciones.

En realidad, este mito sirve para tranquilizar a quienes verdaderamente se han acostumbrado a la pobreza (los que no son pobres), permitiéndoles continuar su vida sin sentirse interpelados. En algunos casos, inclusive, se intenta crear una visión romántica e idílica respecto a la lacerante pobreza rural, percibiéndola como una vida sencilla y feliz, alejada de las preocupaciones materiales... como aparece en la publicidad de Claro y Altomayo.

Estos mitos se repiten en casas, colegios o universidades y llegan a estar presentes inclusive en aquellos espacios donde se toman decisiones fundamentales, como sucedió durante el gobierno de Alejandro Toledo, que hizo muy poco por los millones de pobres que votaron por él.
Revertir estos mitos ayudaría a que los peruanos más afortunados tomaran conciencia de que la pobreza puede ser efectivamente enfrentada. Quienes tienen más poder, más dinero, más educación (y algunos todo eso junto), deberían sentir mayor responsabilidad.

Cómo enfrentar el racismo hacia los turistas peruanos

Wilfredo Ardito

Hace unos meses, al llegar a Písac en el Valle Sagrado, quise cambiar un billete de 100 soles y el único lugar que ofrecía este servicio era el albergue Samana Wasi (casa de descanso). Delante mío había una docena de franceses, a quienes el encargado entregaba fajos de billetes de 10 y 20 soles por sus euros o dólares. Cuando tocó mi turno, me miró con severidad y me dijo:

-Si quieres, te cambio tu billete, pero te cobro una comisión.
-¿Por qué?
-Porque aquí trabajamos para los turistas.
-Yo también soy turista.
-¡Mentiroso, tú eres guía! - me dijo desdeñoso y pasó a atender a otros extranjeros.

Indignado, pasé al hospedaje que había reservado, el Hostal Písac y la chica que atendía primero dudó que yo fuera la persona cuyo nombre estaba escrito y luego exigió que pagara por adelantado, evidenciando siempre el desagrado por mi presencia. Súbitamente su rostro hostil se iluminó, como el de un anacoreta ante una aparición: habían ingresado dos turistas extranjeros y empezó a atenderlos sumisa y sonriente.

-Qué amable eres con ellos, ¿no? -le dije y me marché, disgustado por ser maltratado sucesivamente en mi propio país.

La mala experiencia de las congresistas María Sumire e Hilaria Supa (RP 105) ante el mostrador de Iberia, refleja el racismo existente en la infraestructura destinada al turismo. Desde los “pubs” del Cusco hasta las discotecas miraflorinas, desde las playas de Zorritos (RP 24) hasta uno que otro restaurante en Puno, mozos, empleadas de aerolíneas o porteros de hoteles asumen que “el turista” tiene rasgos nórdicos y, a veces, orientales, y cuando llega un cliente peruano es percibido con sospecha o abiertamente discriminado. Para mantener alejados a los indeseables connacionales y, a los similares latinoamericanos algunos establecimientos difunden sus servicios solamente en inglés.

Por ello, si bien Paola Bolívar, Antonella Gonzales y Roxanna Sevilla, las empleadas de Iberia que atendieron a las congresistas, deben asumir su responsabilidad legal, sería un error reaccionar como si ellas fueran las únicas personas racistas del Perú. Es peligroso también explicar el racismo por el carácter extranjero de una empresa: la abrumadora mayoría de prácticas racistas en nuestro país son cometidas por peruanos hacia peruanos.

A nuestro entender, más que calificar a Iberia como una empresa racista, debe precisarse que su responsabilidad está en carecer de una política para enfrentar el racismo de sus empleados peruanos y esta política sería esencial para cualquiera que desee realizar negocios en nuestro país (RP 45), más aún para quien presta servicios a un público tan multirracial como el que aborda los aviones hacia España.

Un problema adicional que los permanentes incidentes discriminatorios revelan es la ineficiencia de las instituciones públicas que deberían enfrentarlos. En el caso de Samana Wasi, el procedimiento ante Prom-Perú fue inútil: no encontraron ningún establecimiento registrado con ese nombre, a pesar que aparece en todas las guías turísticas y está en plena plaza de armas de Písac.

En cuanto a Indecopi, el ciudadano que intenta denunciar un caso de discriminación deberán enfrentar numerosas dificultades. En primer lugar, debe pagar una tasa para iniciar el procedimiento, lo cual es injusto y disuasivo. En segundo lugar, la Ley 27049 dispone que pruebe que fue discriminado, lo cual es sumamente difícil. Si eventualmente hay una multa para el establecimiento infractor, ésta incrementa los ingresos fiscales y el denunciante no recibe ninguna indemnización.

Adicionalmente, algunos funcionarios de Indecopi presentan un servicio tan deficiente como el que muestra la caricatura de Perú 21 o son francamente hostiles hacia quienes osan presentar un reclamo. En este contexto es muy preocupante que Jaime Thorne, el nuevo Presidente de Indecopi señale que la institución será aún “menos intervencionista”, poniéndose a tono con las tendencias neoliberales que se han apoderado de este gobierno.

Están pendientes, por lo tanto, al menos cuatro modificaciones para evitar que las prácticas discriminatorias continúen: los reclamos deben ser gratuitos, la investigación de los hechos debe corresponder a Indecopi, los funcionarios encargados requieren un mayor compromiso y, en caso de disponerse una multa, al menos un porcentaje de ésta debería pasar al agraviado. Una sanción eficaz sería también suspender temporalmente la atención de los establecimientos infractores.

Finalmente, es fundamental que la Ley 28867 sea aplicada por el Ministerio Público y el Poder Judicial. El temor a la prisión puede generar un cambio en la conducta de propietarios de restaurantes, hoteles o discotecas racistas.

Si no se enfrenta seriamente la discriminación en los servicios turísticos, es preferible que el gobierno deje de establecer feriados largos con el argumento de promover el turismo interno, porque pretender conocer el Perú puede generar muchas experiencias desagradables a los peruanos.

Alternativas para América Latina

Noah Chomsky

La coincidencia este mes de un nacimiento y de una muerte señala una transición para Suramérica y, en realidad, para el mundo.
El ex dictador chileno Augusto Pinochet murió cuando los líderes de varias naciones suramericanas concluían una reunión cumbre de dos días en Cochabamba, Bolivia, patrocinada por el presidente Evo Morales.
Los participantes y la agenda de la cumbre representaban la antítesis de Pinochet y de su era.En la Declaración de Cochabamba, los presidentes y representantes de 12 naciones acordaron estudiar la idea de formar una comunidad continental similar a la de la Unión Europea.
La Declaración marca otra etapa en los recientes movimientos hacia la integración regional en Suramérica, 500 años después de las conquistas europeas.El subcontinente, desde Venezuela hasta Argentina, podría estar en condiciones de presentar al mundo un ejemplo de cómo crear un futuro alternativo a partir de un legado de imperio y de terror.
Estados Unidos ha dominado por mucho tiempo la región con dos métodos principales: la violencia y el estrangulamiento económico. De manera general, los asuntos internacionales muestran más que un ligero parecido con la mafia.
El Padrino no toma a la ligera cuando se lo pone en vereda, inclusive cuando quien lo hace es un comerciante al por menor.Intentos previos de independencia han sido aplastados, en parte a raíz de la falta de cooperación regional. Sin eso, las amenazas pueden ser manejadas una por una.(América Central, lamentablemente, todavía tiene que sacudirse el miedo y la destrucción que dejaron décadas de terror respaldados por Estados Unidos, especialmente durante la década del ochenta).Para Estados Unidos, el enemigo real siempre ha sido el nacionalismo independiente, particularmente cuando amenaza convertirse en un "ejemplo contagioso", según la declaración de Henry Kissinger sobre el socialismo en Chile.
El 11 de septiembre de 1973, una fecha frecuentemente denominada el primer 9/11 en Latinoamérica, las fuerzas del general Pinochet atacaron el palacio presidencial chileno. Salvador Allende, el presidente democráticamente elegido, murió en el palacio. Al parecer, se suicidó porque no estaba dispuesto a rendirse al asalto que demolió la democracia más antigua y más vibrante de Latinoamérica y que estableció un régimen de tortura y represión.
La cantidad oficial de muertos por el golpe es de 3.200. Se cree que la cifra real duplica ese número.Una investigación oficial 30 años después del golpe encontró evidencia de aproximadamente 30.000 casos de tortura durante el régimen de Pinochet.
El ex dictador chileno rápidamente actuó para integrar otras dictaduras militares respaldadas por Estados Unidos en un programa de terrorismo de Estado llamado Operación Cóndor, que mató y torturó sin misericordia dentro de la región y más allá de ella.Entre los líderes en Cochabamba estaba la presidenta chilena Michelle Bachelet. Como Allende, ella es socialista y graduada en Medicina. También es una ex exiliada y prisionera política. Su padre era un general que murió en prisión después de haber sido torturado.
En Cochabamba, Morales y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, celebraron la creación de una nueva empresa conjunta para procesar gas boliviano. Este tipo de cooperación fortalece el rol de la región como un actor importante en la energía global.Venezuela es el único miembro latinoamericano de la Organización de Países Exportadores de Petróleo con las reservas más grandes de crudo fuera del Medio Oriente.
Chávez sueña con la creación de Petroamérica, un sistema integrado de energía del tipo que China intenta iniciar en Asia.El nuevo presidente ecuatoriano, Rafael Correa, propuso un vínculo comercial por tierra y por agua desde el Amazonas brasileño hasta la costa del Pacífico ecuatoriano.
Ese sería el equivalente suramericano del Canal de Panamá.Entre otros desarrollos prometedores está incluido Telesur, un esfuerzo para quebrar el monopolio occidental de los medios de comunicación.El presidente brasileño Lula da Silva pidió a sus colegas que superen las diferencias históricas y unan el continente, sin importar cuán difícil sea la tarea.
La integración es un prerrequisito para una independencia genuina. La historia colonial -España, Inglaterra, otros poderes europeos, los Estados Unidos- no solamente dividió a los países entre ellos sino que también dejó un división interna dentro de las naciones, entre una pequeña élite rica y una masa de gente empobrecida.
La correlación con la raza se aproxima bastante. De manera típica, la élite rica fue blanca, europea, occidentalizada, y los pobres eran nativos, indios, negros y entremezclados. Las élites mayormente blancas tenían pocas relaciones con los otros países de la región. Estaban orientadas hacia Occidente, no hacia sus propias sociedades en el Sur.A raíz de los nuevos desarrollos en Suramérica, Estados Unidos se vio forzado a ajustar su política.
El gobierno que ahora tiene apoyo de Estados Unidos -como Brasil, bajo Lula- podría muy bien haber sido derrocado en el pasado, como lo fue el presidente brasileño Joao Goulart en un golpe respaldado por Estados Unidos en 1964.
Los principales controles económicos en los años recientes han venido del Fondo Monetario Internacional, que es virtualmente una rama del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.Argentina fue la niña mimada del Fondo Monetario Internacional hasta el crash del 2001.
Argentina se recuperó, pero desacatando las reglas del FMI. Rechazó pagar sus deudas de acuerdo a lo estipulado y compró lo que faltaba de la deuda -parcialmente con la ayuda de Venezuela, en otra forma de cooperación.
Brasil, a su manera, ha actuado en la misma dirección para liberarse del FMI.
Bolivia había sido un obediente estudiante del FMI por alrededor de 25 años y concluyó con un ingreso per cápita más bajo del que tenía al comenzar. Ahora Bolivia se está librando del FMI, también, una vez más, con la ayuda de Venezuela.
En Suramérica, Estados Unidos todavía traza una distinción entre los buenos y los villanos. Lula es uno de los buenos. Chávez y Morales son los villanos.Sin embargo, para mantener la línea del partido de Washington, es necesario sintonizar algunos de los hechos. Por ejemplo, cuando Lula fue reelegido en octubre, uno de sus primeros actos fue viajar a Caracas para apoyar la campaña electoral de Chávez. Además, Lula inauguró un proyecto brasileño en Venezuela, un puente sobre el río Orinoco, y discutió otros proyectos conjuntos.
El ritmo está aumentando. Este mes, Mercosur, el bloque comercial de Suramérica, continuó su diálogo sobre la unidad suramericana en su reunión semestral en Brasil, donde Lula inauguró el Parlamento del Mercosur -otro prometedor signo de liberación de los demonios del pasado.

Actividades culturales,elitismo y discriminación

Wilfredo Ardito Vega

En agosto pasado, me encontraba en la fila del Festival de Cine Latinoamericano de la Universidad Católica, cuando el asistente que estaba delante de mí dijo a su enamorada:

-Mira, ahora van a dar también varias películas africanas.

-¡Ajj! ¡Qué asco! –exclamó ella.

Puede parecer curioso que alguien que está participando en una actividad cultural, tenga expresiones racistas. Sin embargo, la sensibilidad artística puede perfectamente coexistir con la insensibilidad frente a otros seres humanos: los mismos nazis que disfrutaban a Bach y Beethoven no tenían mayor inconveniente moral en exterminar judíos, homosexuales y Testigos de Jehová.

En el Perú, muchos ilustres académicos del siglo XIX estaban convencidos que indios y negros eran seres sin derechos, sumando luego a esta categoría a los trabajadores chinos esclavizados. Conceptos como arte y cultura eran considerados inherentes a la minoría de ascendencia europea, que desdeñaba las manifestaciones culturales de sus compatriotas.

En los años 20 del siglo pasado, un grupo de jóvenes intelectuales como Víctor Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea y José Carlos Mariátegui decidió romper con estas percepciones elitistas y asumieron como su responsabilidad brindar educación a los obreros, estableciendo las Universidades Populares Gonzales Prada. Ochenta años después, llama la atención la profundidad de los debates sobre historia del Perú, literatura y actualidad mundial que entonces se suscitaban, matizados con actividades artísticas.

Sin embargo, lamentablemente, todavía hay quienes en el Perú pretenden que las manifestaciones culturales se mantengan como privilegios de una minoría. A mi modo de ver, cuando la literatura, el teatro o la música clásica poseen precios de artículos de lujo, se está legitimando una estructura social injusta. Por eso, lamento decir que, con todo el agrado que me produce la música de Silvio Rodríguez, esa es también la impresión que me producen los precios de su próximo concierto en el Jockey Plaza, que se vislumbra tan distinto de su presentación en Acho en 1986.

Otra forma de elitizar las actividades culturales es concentrarlas en Lima (y en algunos distritos), con el argumento que fuera de allí, no serán apreciadas. Se trata de un prejuicio, como se puede comprobar por el éxito de la Feria del Libro de Trujillo... y de las versiones piratas de las películas que, por tener carácter más artístico, las distribuidoras cinematogáficas exhiben sólo en el Jockey Plaza y el cine Alcázar.

Además, algunas personas pueden quedar marginadas de una actividad cultural, debido a los prejuicios racistas del personal a cargo. Hace unos meses, a la salida de una misa en Monterrico, unas jovencitas repartían volantes sobre una presentación de flamenco... sólo a los feligreses blancos. Un amigo negro recuerda: “Estaba entrando con mi esposa a la zona VIP para un concierto, con las entradas en la mano, y los vigilantes se interpusieron, para preguntarnos qué hacíamos allí” (RP 45). En una elegante librería del Ovalo Gutiérrez, los vigilantes obligan a algunos visitantes a entregar sus bolsas y paquetes, pero a ninguna señora blanca le impiden pasear con su cartera entre los libros.

Finalmente, en estos tiempos en que el Perú es oficialmente considerado un país pluricultural, algunas personas pueden encontrar una justificación adicional para privar a la mayoría de peruanos del acceso al teatro, la ópera o el ballet: el argumento que estos fenómenos no son parte de “su cultura”.

Cuando las actividades artísticas se convierten en inalcanzables por razones económicas, geográficas o raciales, terminan teniendo efectos discriminadores… y a veces todas esas razones se juntan. Ese es el caso del nuevo centro cultural que existe en el Boulevard Sur Plaza de Asia, donde el domingo pasado ni siquiera se permitió usar los baños a quienes iban a participar en el operativo Empleada Audaz y pronto se presentará Mario Vargas Llosa. Sin embargo, aún se puede ser más inaccesible: este sábado habrá un concierto benéfico de música clásica nada menos que en uno de los cuestionados clubes de playa, auspiciado por el Instituto Nacional de Cultura.

En un país como el Perú, la obligación de todos los que promueven actividades culturales debería ser procurar el acceso a la mayor parte de ciudadanos, desde los montos a pagar hasta los lugares donde se llevan a cabo. Los Festivales de Teatro en Comas y Villa El Salvador, el último Festival de Cine Europeo, que incluyó estos dos distritos y muchas ciudades del Perú, y la actividad de varias embajadas, son ejemplos que esto es posible.

Yo no considero que a todas las actividades culturales se les puede exigir que hagan pensar al individuo sobre sí mismo, su entorno y la necesidad de construir una sociedad más justa. Habrá fenómenos artísticos que sólo tienen por función crear belleza, entretener o distraer. Sin embargo, lo preocupante es que terminen reproduciendo y legitimando la desigualdad existente entre los peruanos.

"No es racismo,es solamente higiene"

Wilfredo Ardito Vega

Si una familia tiene platos separados, baños separados o cubiertos distintos para la empleada, eso no es discriminación”, me dice una mujer policía durante una charla en Chiclayo. “Es cuestión de higiene”.

Muchas veces he escuchado que los comportamientos discriminatorios y racistas hacia las trabajadoras del hogar se justifican con este argumento... que resulta bastante ilógico: si ella tuviera los mencionados problemas de higiene, sería absurdo que tendiera las camas de la familia, preparara su comida o estuviera cerca de los niños.

En realidad, las prácticas cotidianas de segregación en el hogar se deben a la percepción de que la empleada es un ser inferior, que no merece el mismo trato. Por eso mismo también parece tan normal asignarle una habitación incómoda e insalubre... y a veces ni siquiera eso: “En el edificio de Mivivienda donde yo vivo hay veinte familias con empleada cama adentro” señala una activista feminista “y no sé dónde la hacen dormir, porque los departamentos son muy pequeños y no tienen cuarto de servicio”.

También hay quienes, en cambio, saben combinar perfectamente la opulencia con la mezquindad cuando se trata de la trabajadora del hogar. Un amigo abogado recuerda: “En el buffet del Hotel El Pueblo, un tipo no quería pagar por el consumo de la empleada, diciendo que ella sólo había comido un poco de lo que sus hijos se habían servido”.

Debido a estas prácticas tan generalizadas muestran la importancia de la participación de tantas personas en el Operativo Empleada Audaz, demostrando que viene apareciendo una tendencia contracorriente de respeto por los derechos de las trabajadoras del hogar. Es más, cada vez me es más común escuchar a diversas personas comentar que le han subido el sueldo a sus empleadas, que ellas han salido de vacaciones, que deben pagar la gratificación o que no tienen apoyo doméstico porque es feriado.

-La última Nochebuena detesté las leyes peruanas –me dice, sonriendo, un médico de San Isidro que debió lavar toda la vajilla acumulada de la cena navideña.

Ahora es más frecuente también presentar a la empleada a las visitas, muchas de las cuales no saben cómo saludarla (y ni siquiera han enseñado a sus hijos a hacerlo). Algunos amigos míos tienen costumbres que sus vecinos podrían considerar excéntricas, como llevar a sus hijos a conocer “la casa de la empleada”, en Puente Piedra o San Genaro.

En algunos casos, este cambio de mentalidades puede tener imágenes curiosas: un amigo de Pueblo Libre refiere que a veces él termina dándole de comer al bebé de su empleada, mientras ella está atendiendo a sus hijos.

Quienes rompen la relación distante y fría con la trabajadora del hogar terminan palpando cuán injusta es la sociedad peruana hacia los más débiles. “Pasó un mes antes que nos diéramos cuenta que ella no sabía leer, porque simplemente no se nos había ocurrido que fuera posible. La convencimos que no había que avergonzarse y la matriculamos en el colegio. Ahora por fin ha aprendido”, me cuenta una abogada de Surco sobre su empleada huanuqueña.

“Entré a visitarla en la Maternidad de Lima –me cuenta una amiga de Magdalena sobre su empleada cajamarquina -y encontré a decenas de mujeres paradas, gritando y esperando que alguien las atendiera. Por fin llegué a los pabellones y en varias camas habían acomodado a dos mujeres. Inclusive me sellaron la mano, porque algunas chicas se escapan dejando a sus hijos. A veces no pueden pagar la cuenta”.

En las ocasiones más afortunadas, la presencia en la familia de un médico, un psicólogo o un abogado, permite a la trabajadora del hogar enfrentar un problema suyo o de un familiar que en otro contexto habría quedado sin solución.

Algunas personas, además, creen que es su deber intervenir también para mejorar la situación de las personas que trabajan en otros hogares. Están quienes difunden la Ley 27986 entre sus amigos y vecinos... o entre las empleadas de ellos. Otros quisieran actuar cuando ven a muchas empleadas trabajar un domingo o un feriado como si fuera un día normal. Algunos se oponen a las normas discriminatorias en los clubes a los que pertenecen, pero sienten que si hablan serán acallados por los demás socios. En el Club Terrazas se llega al extremo de prohibir a las trabajadoras del hogar usar sandalias y sólo se les admite con zapatillas.

Esperemos que el próximo 30 de marzo, Día de las Trabajadoras del Hogar, no sea una fecha desapercibida y que muchas personas, sea quienes participaron en el Operativo Empleada Audaz o quienes hubieran querido hacerlo, intenten tener un gesto especial en casa, como un regalo o una invitación a comer afuera. Acaso en algunos colegios se estimule a los niños a preparar una tarjeta de saludo para sus nanas.

Una problemática hasta hace poco oculta comienza a emerger como un serio problema de justicia y convivencia humana.

Y Usted, ¿No será indígena?

Wilfredo Ardito Vega

A fines del siglo XIX, el ingeniero alemán Hans Heinrich Bruning recorría Lambayeque, realizando estudios arqueológicos y tomando numerosas fotos de los habitantes y sus costumbres. Las fotografías se exhiben en el fascinante museo Bruning y lucen tan nítidas que podrían haber sido tomadas ayer. Las personas retratadas se parecen muchísimo a los lambayecanos del presente, pero actualmente nadie emplearía leyendas como “muchachos indios” o “indias de Monsefú”.

A muchos extranjeros, especialmente latinoamericanos, desconcierta cómo, en las últimas décadas, los peruanos hemos invisibilizado en nuestro inconsciente colectivo el marcado componente indígena de nuestro país, al punto que la mayoría, indígenas o no, preferimos evitar el término.

Un ejemplo cotidiano es la descripción que la televisión suele dar a un niño desaparecido, indicando que es de “raza mestiza”, para que los televidentes comprendan que se trata de alguien de marcados rasgos indígenas. Hace unos años, mientras llenaba un cuestionario para la EPS Novasalud encontré la indicación: Señale su raza, y cuatro opciones para marcar: blanco, mestizo, negro y oriental. Probablemente, los médicos que prepararon el cuestionario consideraban a los indígenas dentro del rubro mestizos.

Aunque en el Perú viven millones de mestizos, de ninguna manera esta categoría corresponde a toda la población. En primer lugar, especialmente en la costa, existen muchos peruanos que no tienen nada de mestizos, porque descienden de inmigrantes europeos o asiáticos. Sabemos también que los asháninkas o los aguarunas no son mestizos, sino indígenas, pero ¿son éstos los únicos indígenas?

Si, como indica el Convenio 169 de la OIT, entendemos que son indígenas los descendientes de los primeros habitantes de un país o de quienes se encontraban en él cuando se produjo la conquista o colonización, el número de indígenas peruanos termina superando al de Ecuador o Bolivia.

Genera también confusión el término campesino, usado frecuentemente para referirse a quienes en los países vecinos son denominados indígenas. En realidad, se trata de dos conceptos diferentes: campesino alude a una actividad e indígena a una ascendencia étnica. Pueden existir campesinos que no son indígenas (como fue el caso antaño de muchos inmigrantes japoneses y chinos) e indígenas que no son campesinos, porque se dedican a otra actividad. Una persona puede dejar de ser o volverse campesino, pero no puede dejar de ser indígena ni convertirse en uno, aunque lo deseara.

Después de esta explicación, nos damos cuenta que, en varios departamentos andinos, la mayoría de los habitantes son indígenas. También lo son muchos habitantes de San Juan de Lurigancho y del entorno de la Carretera Central, numerosos heladeros, taxistas, trabajadoras del hogar y muchos lustradores de zapatos que llegan a Lima durante el verano. Con el paso del tiempo, cada vez existen más indígenas en las universidades limeñas, las ONGs o el Congreso.

Podría decirse, con algún entusiasmo, que uno de los grandes fenómenos sociales del siglo XX ha sido el ascenso social y educativo de muchos indígenas, pero la paradoja es que ni abogados, diplomáticos o generales se reconocen como indígenas... como tampoco varios de mis amigos y conocidos que tienen esa ascendencia.

En realidad, la percepción sobre lo indígena sigue manteniendo una carga peyorativa. Curiosamente, muchos de quienes ensalzan las obras de los antiguos peruanos (por ejemplo, promoviendo que Macchu Picchu sea considerado parte de las nuevas Siete Maravillas del Mundo), sienten un total desprecio hacia los actuales indígenas.

Mientras este menosprecio persista, difícilmente se expresará con libertad una identidad indígena: por eso, muchos de quienes migraban a las ciudades intentaban ocultar su identidad, desde el idioma hasta la vestimenta. Este proceso, sin embargo, no logró erradicar el racismo, desde la discoteca hasta la selección de empleo. En otros países, en cambio, los nuevos sectores medios y profesionales indígenas mantenían su identidad y su mayor cohesión les ha permitido enfrentar mejor el racismo.

Algunos temen que una reafirmación de la identidad indígena genere una división entre los peruanos o inclusive el desarrollo de actitudes racistas. Sin embargo, los habitantes de un país pueden asumir diversas identidades, como ocurre con muchos peruanos descendientes de europeos y asiáticos.

De otro lado, esta ausencia de identidad beneficia a algunos grupos económicos: si los indígenas que viven en zonas rurales aceptaran que lo son, podrían invocar en su favor el Convenio 169, que les reconoce el derecho de decidir sobre su propio desarrollo y ser consultados sobre las actividades extractivas que pueden afectarles.

Si el racismo disminuyera, ¿se reafirmarían los indígenas en su identidad o buscarían mas bien la oportunidad de asimilarse? ¿Podrán los indígenas peruanos encontrar una manera actualizada de vivir su identidad sin restringirse a revivir prácticas ancestrales? ¿Podremos aprender a usar la palabra indígena con la misma naturalidad que Bruning lo hacía, sin pensar que estamos insultando a alguien?

Se necesita muchacha

Rocío Silva SantistebanLa Insignia. Perú, marzo del 2007.


La íntima discriminación hacia las trabajadoras del hogar se ha hecho visible durante las últimas semanas en la prensa peruana; pero ¿cómo ir más allá de la anécdota de Asia? Esta serie de reportajes busca vincular el maltrato a las trabajadoras con la institucionalización privada del racismo, así como entender de qué manera la práctica del servilismo como mecanismo de supervivencia de sectores sociales paupérrimos permite, no sólo el clientelaje político de gobiernos populistas, sino la preservación de situaciones degradantes. Es difícil una relación laboral justa en un ambiente de intimidad, pero no imposible.
En esta primera entrega se analiza la situación de las trabajadoras del hogar en Cuzco; luego vendrán las de Piura y Lima.
No me perturbé cuando mi madre inspeccionó por primera vez delante de mí la maleta de una criada que se iba. Maleta era mucha palabra para el atadito de trapos que llevaba en la mano.
Detrás del sillón, a mis 8 años, yo espiaba. Ella fue, tímidamente, sacando una a una sus pertenencias delante de nosotras: camisas, pijama, ropa interior. Mi mamá me miraba diciendo "puede llevarse algo". Tres mujeres en una pequeña sala y un acto de humillación que aún me pesa en la conciencia: mi propia madre contra la persona más débil que una pueda imaginar, una empleada que, embarazada, se iba para no regresar nunca.

En la sociedad terriblemente injusta como la peruana, la discriminación y la segregación se aprenden desde la cuna: el racismo y la exclusión pasan de padres a hijos, y por eso mismo, se naturalizan con una espontaneidad que debe alertarnos. El caso de las playas de Asia ha sido una buena razón para que esta situación aparentemente invisible tome cuerpo y sea un punto en la agenda de ministros y encuestadores.
Precisamente, según la última encuesta de la Universidad de Lima (febrero 2007), un 87,9% de limeños considera que hay discriminación contra las empleadas del hogar (41,8% mucha, 46,1% bastante). La percepción más alta de la discriminación se da entre las clases C y D; pero digamos que la media atraviesa sexo y status social.
Se trata de una constatación gratificante, pues durante muchos años -quizás hasta el incidente de las discotecas- el racismo y la segregación se percibían como algo "natural", como una situación social inevitable.

Pero hay un avance sustancial de la sociedad para entender el problema: ha asumido que existe. Hasta hace poco, las empleadas del hogar uniformadas, paseando a los perros de sus patrones, eran prácticamente invisibles. El retorno de Garabombo (1), convertido en mujer rural y siempre excluida. Y es que, como sostiene Marisol de la Cadena, una de las condiciones de la hegemonía de la discriminación racial fue, precisamente, su negación.
Negar lo evidente y restaurar relaciones feudales de servidumbre ha sido la reacción de los empleadores; mantener la "cerviz agachada" en un acto de servilismo, también es preciso decirlo, la manera de sobrevivir de las empleadas. Aún cuando hoy muchas han asumido su propia identidad dejando atrás el estigma de criadas o sirvientas.

Cuzco, ciudad imperial

"Yo no soy doméstica, doméstico es un perro o un gato, nosotras somos trabajadoras del hogar" afirma Natalia Quispe Valeriano, secretaria de defensa del Sindicato de Trabajadoras del Hogar del Cusco, fundado en 1972.
A pesar de que las condiciones de las trabajadoras han mejorado en términos relativos desde esa fecha, las mujeres, pero sobre todo las niñas que se dedican a este oficio siguen siendo utilizadas y maltratadas.
La explotación infantil bajo el eufemismo "educar a la ahijada" se ha convertido en una excusa para la esclavitud. "Comencé a trabajar a los 5 años, chiquilla, ayudaba a cocinar para diez personas. Empezaba a las 4.30 de la mañana" recuerda Natalia. Ahora tiene una hija de 11 años que vive con ella, en la casa donde trabaja, "pero ella solo estudia, la señora nos trata bien. Yo gano 150 soles mensuales, pero lo más importante no es el dinero, sino el trato, la consideración que me tienen".

En el Cuzco el trabajo como empleada empieza demasiado temprano: a los cinco o seis años (ver cifras). "¿Pero qué puede hacer una niña de 6 años?" le pregunto ingenuamente incrédula a Vittoria Savio, la directora de Yanapanakusun, institución que mantiene un colegio, una casa refugio y una serie de talleres para las niñas domésticas que escapan, por azar, a su destino.
Ella exhala el humo de su tercer cigarrillo para explicarme pacientemente: "hay algunos trabajos que puede hacer una niña: pela papas, barre más o menos la cocina, da de comer a los animalitos que crían, limpia el sucio de los perros, juega con los niños, les lava su ropa. Y vive una vida de esclavitud y no tiene con quién quejarse".
Carmen Escalante, antropóloga, coautora del testimonio sobre Gregorio Condori Mamani, recuerda que "un observador de la OIT, de origen cubano, tampoco lo creía… Fuimos al hogar refugio de niñas Vicenta María.
Una de las niñas trabajaba en una picantería de Pomacanchi, su papá la dejó porque la mamá murió y él formó otra familia. Ella debía pelar hasta un balde de papas por día, y por eso tenía su manito llena de cicatrices, a la dueña de la picantería no le interesaba que se cortara o no. Se la habían dejado y era como un favor que ella le diera comida".

Exactamente esta es la idea que tienen las patronas de las niñas trabajadoras: las están ayudando. Briseida tiene seis años y no habla español. Lleva en la frente una cicatriz; pero a diferencia de Harry Potter, ésta es la señal de una historia que no querrá recordar. Aquí no hay magia, sólo una patrona que, vestida con delantal, le ha cortado las trenzas y le ha puesto un buzo nuevo para que acarree el agua sin problemas.
Briseida -¡el mismo nombre que la esclava de Agamenón!- tendrá en el corazón la esperanza de haber salido de Paucartambo, zona de extrema pobreza, y la ilusión de que la patrona cumpla con enviarla al colegio y enseñarle a leer. "Generalmente esto es imposible" comenta Escalante, "porque para ello habría que llevarlas y traerlas a la escuela o tener a alguien que lo haga. Pero también porque la educación es en castellano, y como estas niñas hablan quechua, los empleadores dicen 'primero que aprenda castellano' y no las educan".
El círculo vicioso parece nunca acabar.

Las condiciones de pobreza de los padres de Briseida y de otras niñas similares a ella, son la razón para llevarlas a la capital del Cuzco o a otras ciudades de provincia, o en todo caso, para "encomendárselas" a policías, profesoras rurales, ingenieros o quienes se movilicen entre la ciudad y el campo. "Un compadre de la etnia qero nos trajo a su hija, y le dijimos no la debes dejar, llévatela, aquí no las tratan como a hijas sino como a esclavas. Pero estaba muy desesperado" recuerda Escalante. Las familias cusqueñas de ingresos económicos bajos, sin presupuesto para pagar un sueldo aunque sea de 50 soles, son quienes tienen niñas trabajadoras del hogar en edades entre 5 y 12 años de edad.
Precisamente la terrible historia laboral de Sarita Montiel (ver recuadro) empieza a una edad incierta, en la que ella sólo recuerda que la llevan cargada a una casa y la dejan en Quillabamba.

Los turistas que visitan los domingos el mercado de Pisac no tienen la menor idea de las formas que usan aquellas artesanas para salir de la pobreza. Raimunda Colloqui no puede evitar el llanto cuando nos cuenta su historia: a los 7 años una prima de su padre la llevó a Lima para trabajar "en una casa". A los 11 años se escapó del trabajo en San Juan de Miraflores, y pudo regresar a su hogar en Pisac; pero su madre la volvió a entregar a su tía y regresó a Lima para quedarse hasta los 15 años, trabajando y sin poder estudiar.
Nuevamente se vuelve a escapar y regresa al Cuzco, donde pudo terminar su secundaria. Ahora, dirige un programa de radio para trabajadoras del hogar: "nuestros oyentes son la mayor parte trabajadoras. Los temas que tocamos en el programa son de todo, no solo tocamos sobre lo que son las trabajadoras del hogar pero sí son nuestra base" sostiene. Raimunda insiste en que se debe testimoniar sobre el sufrimiento porque "sí es cierto que de niña he sufrido, he llorado, pero hay muchas cosas que aprendí. Y eso hay que contarlo, para que las otras, y los varoncitos también, sepan".

Historia de un sindicato

Cristina Goutet nos comenta que el Sindicato de Trabajadoras del Hogar ha presentado una propuesta a la Municipalidad del Cusco para formar parte del presupuesto participativo y que se espera una mayor gestión, sobre todo, en la reglamentación de las leyes que no benefician a las trabajadoras.
"En la ley actual hay derecho a quince días de vacaciones; ¿por qué, si los demás trabajadores tienen derecho a un mes? La ley no instituye un sueldo mínimo. Entonces, la madrina dirá: 'yo no te puedo pagar porque tú eres como mi hija, aquí en la casa tienes todo'. Y le da su ropa vieja" acota Goutet.
Ella es asesora del sindicato y autora del libro "Se necesita muchacha" (la primera versión se llamó "Basta") que bajo el seudónimo de Ana Gutiérrez publicó hace 20 años en el Fondo de Cultura en México.

El sindicato cuzqueño fue creado por Egidia Laime -quien murió poco después- y ha tenido muchas sindicalistas; luego ha decaído como todo el sistema sindical peruano: al momento son 120 afiliadas. "El sindicato es sagrado porque nació de las lágrimas de las empleadas, de los golpes" sostiene Egidia en el texto de Goutet. Ahora está demostrado, con la presencia de la cochabambina Casimira Rodríguez como ministra de Justicia del primer gabinete de Evo Morales, que las trabajadoras del hogar tienen algo más que aportar: "yo sé que a muchos, verme de ministra sentada con mis polleras en el despacho, les dará bronca. Pero es contra eso que debemos luchar: contra la discriminación" ha dicho.

"No sólo se debe dar a conocer a las trabajadoras sus derechos, sino sensibilizar a las empleadoras sobre los mismos" dice Carmen Escalante advirtiendo de la necesidad de esta doble entrada; "como las trabajadoras son niñas, a veces ni siquiera saben que no deben aceptar que les den las sobras de la mesa" agrega. Marleni Palomino, del Centro Bartolomé de las Casas, sostiene que "si el gobierno no asume su responsabilidad y sus funciones como tal (operadores de justicia y policía), esto jamás va a ser sostenible.
Con la DEMUNA del Cuzco se trabaja bien, pero hay otras que ni siquiera se dignan de hacer una visita domiciliaria cuando denunciamos maltrato" acota. La OIT mantiene en el Cuzco un proyecto de erradicación del trabajo infantil cuya segunda etapa concluye en pocos meses, y ahora es imprescindible no dejar a estos niños sin apoyo. "Nos tienen de banderitas las ONG muchas veces, ¿no? Hacen proyectos pero en realidad, en la práctica, nos marginan bastante" confiesa Natalia Quipe Victoriano, sentada en el patio de la Casa Campesina.
El resentimiento ante las empleadoras, aunque sean activistas, tiene un peso específico en esta encrucijada de exclusión y sometimiento.

Más abusos

Según una de nuestras fuentes existe una red de tráfico de niños para trabajo doméstico que opera incluso a sabiendas de la policía y de la Defensoría, compuesta por maestros rurales y policías. "Los traen de diferentes lugares engañándolos, les dicen que van a ganar dinero y van a estudiar. No se si habrá tratos de por medio, pagos ocultos, o si lo que funciona ahí es la indiferencia de las autoridades" nos comenta, y agrega: "el problema es que no tenemos pruebas y por eso no podemos denunciar".

El abuso sexual de los varones que habitan la casa es asimismo muy frecuente: una secuela del machismo de las relaciones feudales del hacendado que se imaginaba propietario de todos los cuerpos de su feudo, incluyendo el de las sirvientas.
En el famoso cuento de José María Arguedas "Warma Kuyay", el niño Ernesto llora cuando se entera que Justina ha sido "forzada por don Froylán". Pero como siempre, la realidad supera a la ficción: Vittoria Savio recuerda que a Yanapanakusun llegó una adolescente que trabajaba en una casa desde los 6 años; a los 12 el patrón la había violado, salió embarazada y dio a luz.
La patrona la obligó a "deshacerse del niño", a quien esta adolescente atormentada tuvo que hundir en la misma tina donde lavaba la ropa. ¿Cómo poder remontar ese dolor y esa humillación?

La OIT tiene una definición de trabajo infantil doméstico que implica también el reconocimiento de "condiciones que afectan el desarrollo psicológico, físico, moral o social de los niños". Por eso, en el proyecto de erradicación de trabajo infantil proponen que, además de aprender sus derechos, los niños deben conocer otro tipo de vida.
Vittoria Savio coincide en que "si no conoce el cariño, la tranquilidad, entonces, ¿cómo pueden comparar?". Raimunda Colloqui lo confirma: "ya no me siento sola porque hay alguien, si me retiro de tal trabajo, sé adónde llegar, tengo dónde dormir. Tengo no solo comida, si no también cariño, puedo contarles mis cosas, tal vez, y conversar. He cambiado bastante".

La vida de Sarita Montiel

Cuando sacó su DNI no sabía ni su apellido ni su fecha de nacimiento. Un médico le computó la edad por la dentadura. Sarita escogió su nombre y el 10 de abril como cumpleaños, pero al parecer nació en febrero "cuando florece la papa". Ahora tiene 31(ó 33), dos hijas, un esposo y apoyo de psicólogos para evitar que la indignación le merme el corazón. Es trabajadora del hogar y gana 200 soles (62,5 dólares) al mes.

Comencé a trabajar a los 5 años

Yo me recuerdo que me han traído cargada a los 5 años. De ahí me han llevado al valle, mi madrina y mi hermano y unas personas que no conozco. Entonces mi hermano me dejó ahí en una casa, me metió a lavar platos y yo los rompía.
Tenía mi cabello larguísimo hasta acá, la señora me agarraba de mi cabello y agarró una tijera y me cortó y de ahí me hacía trabajar. Y como era en Quillabamba entonces me hacía levantar tempranito, yo me dormía y la señora me tiraba agua fría.
Yo tenía que cocinar para ir y como era pequeña no podía, no hacía bien, entonces me pegaba. Dormía sobre un cuero de chivo, al costado del catre donde dormían ellos… me han dado una manta y me hacía frío, no podía dormir.
A las 3 de la mañana me estaban llamando, levántate, levántate y me levantaba. Me recuerdo que ponía agua y como era la caja más grande que yo, entonces la pesaba y me dormía en la tienda. Tenía que pelar comote, yuca o plátano, entonces me dormía. Pero la señora se levantaba y me daba duro [solloza].

Ellos me iban a adoptar

Ellos me decían que ya habían hecho mis papeles con mi mamá, que yo iba a quedarme como su hijo más, entonces, no me trataban como su hija. Me golpeaban. Y así me mandaban a comprar a la tienda y la señora [de la tienda] me conocía, como iba así con mi cara, todo hinchado, verde [solloza]. Entonces la señora me daba bien el vuelto porque yo no sabía ni leer ni contar, nada, "¿Dónde está?, ¡falta la plata! Te has robado". Me daba duro [voz entrecortada], me hacía regresar a la tienda. La dueña me decía, no, es mentira, te he dado completo.

Mi mamá es como una amiga lejana
Ahora que conozco a mi mamá yo le he dicho ¿por qué no me fuiste a buscar? Y me dijo "tu hermano me ha dicho que tú estabas bien, que tú estabas estudiando" […] No nos llevamos bien. Yo la quiero como si fuera una amiga lejana. Yo no le quiero como una madre, no me nace.

Me escapé porque el señor me violó

Yo me escapé porque el señor, el dueño, se ha abusado de mí [solloza]. Me ha amenazado si la avisaba a su esposa [que] me iba a matar. Me ha apuntado con su escopeta. Mi desesperación era salir de ahí… una vez había tomado veneno, yo no quería vivir. Después que me abusó [estuve] una semana, de ahí me salí. La señora se había ido a Quillabamba por una semana, entonces el señor siempre venía, cuando los trabajadores trabajan, él venía, no sé si a mirarme, no sé pero siempre venía. Una vez apenas se fue yo me salí, así con mi ropa, no tenía nada y como era bosque tenía que caminar sin carro y caminé.

Cuzco

En el tren había carga, de yuca, había bastante y ahí me han metido abajo. Me han hecho pasar, y cuando llegamos a Quillabamba igual. De ahí me vine acá, a Cusco. Yo hablaba español poco, dominaba más quechua, entonces ya la señora de la tienda me había dicho "cuando llegues vas a ir a la avenida El Sol". Como no sabía leer, entonces bajé del carro y después preguntaba en la calle, "¿dónde es la avenida El Sol?".
Un señor me dijo: "por allá". Caminé, llegué. No sabía leer, entonces habían autos escritos, pero no sabía adónde ir. Como no sabía leer, estaba caminando, tenía hambre, sed y ya estaba diciendo, ¿a dónde voy a dormir? Cuando estaba pasando por la calle a un señor le pregunte por un cartel, ¿qué cosa dice? Era una librería. Me dijo: "dice necesito una empleada". Yo entré y le dije a una señorita: "quiero trabajar". Me dijo: "no tienes papeles, de repente eres ratera". Le dije "me he venido de Quillabamba, por favor dame trabajo, no tengo dónde pasar la noche". Otra señorita me preguntó: "¿sabes hacer sopa?". "Si sé", le dije. "Que se quede" dijo.

A veces soy violenta

Yo soy a veces violenta, será porque yo he vivido eso, trato de no hacerlo… [a mi hija] le hablo pero por cualquier cosa llora, entonces reacciono feo. Y a mí me duele mucho, ¿no? Entonces le cuento mi historia a mi hija y le digo que yo no quiero ser así.

Cifras espeluznantes

Marleni Palomino trabaja en un proyecto de la OIT y del Centro Bartolomé de las Casas para erradicar el trabajo infantil. Ha realizado una encuesta sobre un universo de 289 empleadas y empleados del hogar entrevistados en el Cuzco (2006), de 6 a 17 años, con resultados que confirman lo que hemos venido diciendo.
Las relaciones laborales se tejen entre parientes: los niños del campo son llevados a rastras por sus padres (20%), empiezan a trabajar por que creen que tendrán acceso más fácil a la educación (39%) o porque necesitan ganar dinero (13%). Pero también hay un porcentaje considerable (11%) que lo hace para fugar de la violencia familiar.

El último censo 2005 del Instituto Nacional de Estadística - INEI considera "trabajador o trabajadora del hogar" dentro de los cuadros de parentesco (como una especie no pariente que vive dentro de la casa). En Cuzco hay 10.149 trabajadores del hogar que comprenden edades entre 6 y 80 años. La mayoría son mujeres (7.299) pero hay un porcentaje bastante considerable de varones (28%) en comparación con Lima (6%).
En el departamento del Cuzco hay censados 215 de 6 a 8 años (en Lima 218) y el grueso de los mismos (2.380) se encuentran entre los 13 a 17 años. En Lima se encuentran en los 20 años (5.329). La mayoría de trabajadores del hogar del Cuzco tienen secundaria incompleta (2.577) pero un alto porcentaje (16%) no tienen ningún nivel de educación. Asimismo el 63% no asisten a ningún tipo de escuela.

Nota

El proyecto que dio origen a este trabajo fue el ganador de las Becas AVINA de Investigación Periodística (Perú).

Madeinusa: Racismo en la pantalla grande

Wilfredo Ardito Vega

¿Por qué no dan ya Rin-Tin-Tin? –pregunté a mi mamá, hace ya varias décadas.

-Porque ponía muy mal a los indios –me explicó ella.

Informaré, a los menores de 35 años, que Rin-Tin-Tin era un perro pastor alemán, protagonista de una serie de televisión donde se le presentaba como mascota de un fuerte en el Oeste de Estados Unidos. La serie narraba sus aventuras, junto con los soldados que aseguraban el dominio sobre los crueles y violentos indios.

Probablemente, el gobierno de Velasco decidió que era un mensaje demasiado nocivo y los niños de esa época tuvimos que conformarnos con las aventuras de otros animalitos como Lassie, Flipper o Skippy (no hay mucho espacio para explicar quiénes eran).

Actualmente, sería impensable producir en Estados Unidos una serie como Rin-Tin-Tin … y tampoco una película como Madeinusa, que mostrase un poblado indígena habitado por seres alcoholizados, primitivos y violentos, capaces de encerrar sin mayor motivo a un forastero blanco e ingenuo.

Claudia Llosa, guionista y directora, distorsionando toda la cosmovisión andina, diseña una comunidad donde el adulterio y el incesto son aprobados. Transforma las tradiciones más solemnes, como las relativas a la Semana Santa , en grotescas orgías. El mismo nombre que da a la protagonista y a la película refleja una percepción sobre los campesinos como exóticos e ignorantes. Los defensores de Claudia Llosa sostienen que por tratarse de una obra de ficción, es un error pretender juzgar el contenido de Madeinusa. Es el mismo argumento que usaba Jorge Benavides, al señalar que La Paisana Jacinta era un personaje ficticio, que no buscaba ofender a nadie.

Con mucha frecuencia, el autor de una obra de ficción transmite un determinado mensaje y a nadie debería censurarse por comentarlo o rechazarlo. Esto último sucedería, por ejemplo, si una película ensalzara la lucha de Abimael Guzmán, negara el holocausto de seis millones de judíos o difundiera la versión del VicePresidente Giampietri sobre el conflicto armado en el Perú. En el caso del cine, además del guión, el mensaje puede transmitirse mediante la elección de los actores, sus rasgos físicos, la ambientación, los encuadres y la solidaridad o el rechazo que cada personaje pretende generar en los espectadores.

Personalmente, mientras veía Madeinusa no podía dejar de recordar El Nacimiento de una Nación, dirigida por David Griffith, que tuvo tres millones de espectadores en Estados Unidos en 1915. Mediante personajes de ficción, se muestra el nacimiento del Ku Klux Klan, como la única forma en que los heroicos blancos logran proteger a sus mujeres de ser violadas por los malvados negros. Actualmente, se sostiene que la película perjudicó mucho la imagen de los negros en Estados Unidos, haciendo que fueran vistos, por ejemplo, como incapaces para desempeñar cargos públicos... y, sin embargo, son mucho menos malvados que los campesinos andinos presentados por Claudia Llosa.

Es lamentable además el contraste entre la acogida de la crítica y las distribuidoras de películas hacia Madeinusa con su indiferencia hacia cineastas andinos como Flaviano Quispe, un director puneño que no ha obtenido financiamiento catalán o del Conacine y trabaja con sus propios recursos. Sus películas apenas si tienen distribución en Lima, aunque generen furor en otras localidades. Yo pude ver una de ellas, una versión altiplánica de Oliverio Twist, llena de suspenso, desde el nacimiento del protagonista hasta sus aventuras en Juliaca. Numerosos personajes se entrelazan en una sólida trama, abismalmente superior a Madeinusa. En Jarjacha, una sobrecogedora película ayacuchana, el centro de la trama es también un caso de incesto, pero los hechos son condenados por la población, y a pesar que se basa en los mitos andinos, resulta siendo mucho más verosímil.

Volviendo a Griffith, a pesar del éxito de taquila de El Nacimiento de una Nación, las críticas por sus planteamientos racistas lo llevaron a presentar un mensaje muy diferente en sus posteriores películas. Así surgió la espectacular Intolerancia, que logra capturar la atención del público a pesar de estar narrada en cuatro épocas paralelas (la antigua Babilonia, el tiempo de Jesús, la masacre de los hugonotes y el tiempo presente), manteniendo como argumento las terribles consecuencias de los prejuicios en la historia de la humanidad. Más intimista es Pimpollos Rotos, cuyo protagonista es un chino (un anglosajón maquillado, naturalmente), víctima del racismo en Londres.

Esperemos que, si Claudia Llosa persiste en dirigir películas, abandone los estereotipos racistas. Le conviene saber que, a pesar de sus esfuerzos, Griffith nunca pudo librarse de ese estigma y por eso, hace pocos años, se retiró su nombre de uno de los principales premios para directores cinematográficos. Sería muy conveniente que ella aceptase que su película ha ofendido a muchos de sus compatriotas, así como a varios extranjeros que trabajan en el Perú. Sería más conveniente, aún, que pensase en disculparse.

jueves, 1 de octubre de 2009

Los poderes del estado

Por Herbert Morote

Agnus Dei.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:dona eis requiem.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:dona eis requiem sempiternam.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo dales reposo.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo dales reposo eterno.

1.- Apurar el cáliz

¿Tengo que atormentarme hasta este extremo?, ¿es necesario que trate sobre los Poderes del Estado?, ¿no podría pensar en otras cosas más digeribles, gusanos y alimañas por ejemplo?
¿Creen que un peruano en pleno juicio pueda hablar del Poder Judicial sin echar espumarajos por la boca?, ¿es posible elaborar algo acerca del Poder Electoral sin atacarse de risa?, ¿se puede escribir sobre el Poder Legislativo sin estar cerca de una sala de cuidados intensivos?
Del Poder Ejecutivo ya he hablado algo y no puedo decir más por temor a los hospitales psiquiátricos.

Recomiendo al lector pasar al siguiente capítulo. Capítulo que he escrito antes que este para asegurarme de que el Réquiem tenga un final.

A los atrevidos que insistan en continuar la lectura hay que advertirles que para examinar a los Poderes del Estado, como a cualquier institución privada o pública, hay que verlos en su perspectiva histórica, ni tan lejana cuyo horizonte sea indistinguible ni tan cercana que los árboles no dejen ver el bosque.
Dicho en otras palabras, no será necesario ir al estudio de la influencia que la Colonia proyectó en las instituciones republicanas porque el Réquiem no es un estudio histórico (En todo caso es una autopsia o una piadosa blasfemia).
Tampoco es importante examinar la ausencia "temporal" de los Poderes de Estado en el presente gobierno de Fujimori porque las instituciones públicas ni desaparecen ni cambian tan rápido.
Son grandes y torpes portaaviones que requieren mucho tiempo y grandes espacios para maniobrar. Cualquier cambio de dirección en las instituciones requiere un tiempo inversamente proporcional a la duración de la trayectoria que le precedía.
Las agresivas reformas, o las revoluciones, inician cambios obteniendo por breve tiempo cierto éxito, pero después la inercia recobra ímpetu. La nueva administración tiene que luchar contra la reacción externa y el boicot interno. Aquí no hay magia.
Es el orden natural de las cosas. Dicho de otra manera, las instituciones por ser creadas por el hombre funcionan a su imagen y semejanza. Un organismo que ha estado enfermo por décadas no puede curarse de un día a otro. Se le podrá hacer transplantes, poner órganos artificiales, prótesis, inyectarle antibióticos y estimulantes. Todas estas medidas pueden ayudar a mejorarlo, pero la recuperación será lenta porque los sistemas sanguíneo, linfático, nervioso, etc., seguirán funcionando al ritmo que tenían anteriormente.

Por lo tanto, no comparto ni el optimismo que algunos tienen por la gestión de Fujimori cuando consigue préstamos extranjeros, ni el pesimismo de otros que no ven una mejora en la seguridad ciudadana. Lo único que deseo es señalar algunas incongruencias de los Poderes del Estado, que no cambiarán porque representan a nuestra sociedad, y si está no mejora tampoco lo harán sus instituciones.

Si hay que hablar sobre los Poderes del Estado hay que hacerlo rápido. Apuremos pues el cáliz.

2.- El Poder Judicial

Nuestro sistema judicial es más ineficaz que corrupto, y de esto último es ya bastante. Un sistema corrupto pero eficaz podría exculpar a malhechores que lo sobornaran, pero también absolvería a los inocentes. Un sistema ineficaz y corrupto solamente suelta a los que pueden pagar la mordida, quedándose en nuestras espantosas cárceles el resto, sean inocentes o culpables.

Una experiencia: En momentos en que el parlamento discutía asuntos sobre la industria farmacéutica, recibí la llamada del senador Dammert Muelle, quien me pidió que atendiese a un indígena huancavelicano que deseaba retornar a su tierra.
El visitante estaba muy delgado, ojeroso, sus manos acusaban la deformación prematura de una severa artritis. Su mujer y sus tres hijitas estaban tan delgadas como él. Vestían polleras. Hablamos de su tierra, era de Castrovirreyna, pueblo paupérrimo en el techo de los Andes, y la había visitado con mi padre.
Le di dinero, medicinas del laboratorio, etc. Dos meses más tarde me llama el secretario de Dammert: el dichoso huancavelicano había estafado a varias empresas haciéndose pasar por el senador, le habían apresado, mi nombre estaba en la lista de los engañados. El senador me pedía que, aunque el monto de todas sus estafas no ascendía a mil dólares, presentase la denuncia a fin de "moralizar al país". Lo hice. Pasaron cuatro o cinco años. Estaba a punto de deportarme voluntariamente a México. Me citaron de un juzgado. Temí una treta del gobierno militar, fui con mi abogado, Alberto Ladrón de Guevara.
El juez deseaba el reconocimiento del huancavelicano que todavía estaba preso. ¡Cinco años en la cárcel sin ser juzgado!. Verde de tisis. Atrofiadas irreparablemente sus manos y tobillos, descalzo, jirones de tela por ropa. Se moría a ojos vistas.
Lloró al verme, yo también. Le pregunté por su familia, no sabía. No quería ropa nueva ni zapatos, se los robarían, tampoco dinero. Solo cosas muy viejas y sucias. Gracias. Le traje lo que pidió, me besó las manos, a mí que lo había enviado a la cárcel. El juez, que había sido mi compañero en la Facultad de Derecho, ordenó su "inmediata" libertad, pero había que "cumplir con los requisitos".
Pasaron cinco meses y nada. Me fui a México. Se lo encargué a Alberto. Me contó que salió finalmente. Murió a los pocos días en el Hospital 2 de Mayo. Mil dólares. Una vida, una familia. Hay que "moralizar al país".

El caso del huancavelicano es uno de los miles de caso de la ineficacia del sistema judicial al que estamos empeñados en mantener. El problema no es nuevo, sin embargo se agrava. El crecimiento de la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo ha congestionado la ya desbordada maquinaria judicial. Documentos perdidos. Sistemas arcaicos de control. Lentitud burocrática. Montañas de papel. Escritorios atestados de gente y de ratas. En fin una torre de babel criolla.
En este desorden apocalíptico funciona la corrupción a sus anchas. Nada se mueve sin "coima". Poner encima el expediente rompe la ley de la gravedad sin aspavientos. Perder el expediente es una sencilla actuación de magos profesionales que abundan por los pasillos judiciales. Quien se queda debajo, perdido, ignorado, en el limbo terrenal, es el delincuente pobre. Los criminales ricos no van a la cárcel, salvo que haya una intención política atrás de ello.

Los panoramas dantescos de las cárceles son indescriptibles. El 30% de la población penitenciaria está tuberculosa a consecuencia de los veinte centavos de dólar diarios para alimentos.
Violencia, drogadicción y degeneración se unen a la corrupción e ignorancia del personal penitenciario. Es el "holocausto peruano", sin propaganda judía, sin arrepentimiento ni propósito de enmienda. El Poder Judicial es un ciego paralítico que castiga...
Hablemos entonces sobe el castigo. A un delincuente se les castiga privándole de su libertad, olvidemos por mínimo decoro que se trata de reeducarlo; se pretende que al menos no delinca fuera de la cárcel. Hasta allí están justificadas las penitenciarias, pero la privación de la libertad no es el verdadero castigo. Lo horrible es el tormento insufrible y continuado al que se verá sometido. Cuando un delincuente es condenado a 5 años de suplicio. El juez debería sentenciar de esta manera: "Por asalto a mano armada, se le condena a ser violado repetidamente. Si es tan valiente como parece tendrá que pelear con medio mundo hasta encontrar alguien que le romperá el alma. Contraerá tuberculosis, sida, tifoidea, no se le proporcionará ni atención médica ni medicinas, las drogas sí estarán a su alcance, el alcohol todo lo que Ud. pueda pagar y beber.
Su manutención deberá agenciársela Ud. mismo o sus parientes, quienes deberán sobornar a los guardianes. Dormirá sobre el suelo en el sitio que algún preso más fuerte que Ud. le indique. Si al cabo de 5 años Ud. insiste en vivir estará mas acabado que su bisabuelo. Si algún milagro le salva, Ud. será el más desalmado asesino y Dios se apiade de nuestra sociedad".

La vida carcelaria no está lo suficientemente publicitada por falso pudor. Si lo que se quiere es disuadir a los posibles delincuentes, la honesta recomendación sería transmitir continuamente en la televisión reportajes de los tormentos a la cual están sometidos los presos.

- ¿Hay alguna solución?
- Ninguna.
- Me lo temía.

Países con más recursos no han podido resolver el hacinamiento de presos ni la congestión judicial. Nosotros que no tenemos ni para dar de comer a los niños menos podremos mejorar la situación carcelaria. Hay francamente otras prioridades. Añádase nuestra proverbial hipocresía y entonces podemos afirmar que esto no lo compone nadie. Se agravará en todo caso el martirio de miles de culpables o inocentes, y de sus familias.

En otras latitudes las cosas son diferentes. No pretendo que imitemos a los fundamentalistas musulmanes que no dudan en cortar la mano a los ladrones y ejecutar a los narcotraficantes, porque nos quedaríamos con una reducida población de mancos. Me refiero a castigos más soportables que el "holocausto peruano" o la amputación fundamentalista musulmana.
Veamos una posibilidad. Cuando Singapur se independizó de los británicos, la isla estaba tan corrompida como muchos pueblos de esa zona. La ignorancia y su alejamiento de los polos de desarrollo industrial era otra barrera para progresar; la composición de su población, china, malaya e hindú, complicaba la unidad nacional. En 1960 su ingreso per cápita fue de 1,054 dólares. El Perú estaba mejor con 1,200 y 1,561 dólares respectivamente. (Fuente: Summers, Robert y Alan Reston)
Pues bien, trece años más tarde -1988- el ingreso per cápita de Singapur fue de 9,019 dólares y el del Perú 1,432. (Fuente: Vital World Statistics. The Economist) El deterioro del Perú no tiene disculpa. El éxito de Singapur tiene muchas explicaciones, entre ellas su gobernante, el primer ministro Lee Kuan Yew, que forzó al país al trabajo, la educación y la honestidad como base para el desarrollo.
Cuando uno llega a Singapur después de visitar países vecinos no muy limpios ni muy seguros, encuentra una ciudad impecable con excelentes servicios públicos y con una seguridad comparable a alguna afortunada ciudad suiza. Todo este largo camino lo hemos hecho para hablar de las penas a los delincuentes. Tengo entendido que en Singapur no hay pena de muerte, sin embargo castigar a los malhechores con descargas de varas sobre la espalda es una rutina ampliamente practicada. No se llenan las cárceles, no se mantiene a ociosos, no se fomenta mayor delincuencia, no se entrena a criminales.

- Traigan a Mr. Chang. ¿Qué prefieres seis varazos o seis meses en la cárcel del Perú?
- "Yo plefelil todos los valazos que Ud. quiela. Pelo no calcel del Pelú. Chinito plomete no volvel a lobal".

La hipocresía de nuestra justicia no se atreverá a castigar corporalmente al delincuente. Solamente el considerarlo sería ponerse en ridículo con la vecindad occidental. Saldrían los l. d. m. a protestar por los abusos contra los "derechos del hombre", acusarían de bárbaro y retrógrado alinear todos los domingos a los rateros de la semana, junto con los pillos, los acaparadores, los funcionarios corruptos y aplicarles seis varazos con una delgada pértiga. No lo haremos nunca.
No va con nuestra manera de pensar ni de ser. Preferimos que sean los mismos presos y el permisivo sistema carcelario quienes apliquen el indefectible suplico; siempre más cruel y más inútil.

Nuestra inicial atención a asuntos penales ha dejado relegado comentarios sobre la justicia de asuntos civiles. Aquí existen contradicciones incomprensibles y abusos indescriptibles. Desde la Conquista se ha practicado el Estado de Derecho, esto es la Ley como rectora de nuestra sociedad. El "requerimiento", por ejemplo, era la lectura de ordenanzas para que los aborígenes aceptaran ser súbditos del rey de España. Leídas con voz clara y fuerte, por supuesto en castellano, los indígenas reunidos las oían intrigados y recelosos sin entender el extraño lenguaje.
Al no dar muestras de aceptación a dicho "requerimiento" eran reos de rebelión y por lo tanto sujetos a ser ejecutados. A la voz de "Santiago" se les masacraba en el acto.

Mas tarde en la Colonia, a pesar de los grandes abusos de los corregidores, la propiedad de la tierra estaba más protegida que en la República. Las usurpaciones de los gamonales republicanos han sido crueles y exorbitantes. Todas hechas legalmente, a su antojo evidentemente.
Aprovechando la inestabilidad gubernamental, cada Prefecto de Departamento se convertía en reyezuelo pasajero que aunado a la fuerza pública reprimía protestas y protegía despojos. Se multiplicaron los tinterillos, las capitales de provincias se llenaron de "estudios" de abogados por donde desfilaban humildes personas en busca de protección y poderosos en busca de exoneración. Las facultades de derecho universitarias están llenas de estudiantes, ser abogado es la máxima aspiración de los jóvenes y de sus padres. A los abogados los llamamos "doctores".
Todos pretenden serlo. Ya se dijo que en el Perú todo el mundo es "doctor" a no ser que pruebe lo contrario.

Curioso, un país que tiene una pobreza tecnológica por falta de buenos ingenieros, tiene abogados de prestigio internacional en exceso. Un país donde la injusticia racial, social y económica, reina, la profesión de abogado sea admirada.
Este país donde cada uno hace lo que le da la gana y se abusa del prójimo sin miramientos, tiene un pueblo que recurre a la justicia en busca de amparo sabiendo que pasará toda la vida en los tribunales. No es un problema de los limeños de mier... , hay que ser justo.
Es la población andina que no ha aprendido en estos dos siglos de República que la justicia no funciona, y a pesar de eso sigue acudiendo a ella y fomenta que sus hijos participen en el sistema. Los más pleitistas son los paisanos indígenas, unos para defenderse y otros para reclamar. Los juzgados se llenan. Los que pierden acuden a las instancias superiores hasta dejar el último centavo en la lucha. Un país lleno de abogados es mala señal.

Peor señal es la forma cómo son elegidos los jueces. Su falta de independencia política les ha quitado todo poder constitucional: están sometidos al Poder Ejecutivo. Pero el sometimiento más cruel es su condena a la miseria si desean ser honestos. El juez de una Corte Superior gana igual que un pulpero o un "anticuchero" de la playa de Chorrillos. Con 350 dólares al mes son muchas las tentaciones que un justo puede tener.
Hablar de lo que ganan los empleados de los juzgados sería fomentar una rebelión de consecuencias imprevisibles. Mientras tanto el sistema se sigue complicando, la frondosidad de leyes va más allá de lo descriptible. Son iguales a los "agujeros negros" del firmamento: engullen hasta la luz. La incoherencia de las sentencias frente a casos similares no sólo es una burla al "common law", que no se practica, sino un escándalo que por lo repetitivo ha dejado de serlo.

Mientras todo esto se sabe, nadie mueve un dedo. Se ha dejado de pensar. Sigue el respeto al Estado de Derecho aunque de éste exista sólo el nombre. Miles de personas sufren tormentos inhumanos en nuestras cárceles. Miles más esperan dolorosamente que "salga su asunto" viendo que sus economías merman. Y aun así, millones de peruanos creen que existe un Poder Judicial, aunque éste nunca haya levantado la voz para declarar inconstitucional a tantos gobiernos de militares usurpadores ni haya ejercido su facultad constitucional para acusar y enviar a la cárcel a los miles de funcionario públicos que se han enriquecido ilegalmente. ¿Exagero?, ¿por qué exculpó a Alan García?, ¿qué hizo el Poder Judicial durante el golpe de Fujimori?

Si se pudiera elegir a los jueces directamente... al igual que lo eran los sheriffs del lejano oeste... quizá nos iría mejor. Al menos tendríamos la oportunidad de no renovar los cargos a jueces sospechosos.

Seguir hablando del Poder Judicial es imposible. Salen de mi boca violentos espumarajos.

3.- El Poder Electoral

- Esto sí es para... perdón, voy al baño. *****. Jem, jem, sigo.
Como decíamos, esto es para morirse de risa. Lo más gracioso es que se llama "poder" cuando no tiene poder alguno. Su presidente es nombrado o removido al antojo del Gobierno. Recordemos que estamos viendo la institución desde su perspectiva histórica. Para no exagerar, tomemos los últimos cincuenta años. El Poder Electoral ha existido todo ese tiempo participando en ceremonias oficiales y emitiendo Libretas Electorales; sin embargo sólo tres, de los once gobiernos que hemos tenido, han podido terminar su mandato electoral. Cuatro no fueron elegidos nunca, uno fue forzado a ser elegido por ser el único candidato y otro se dio un "autogolpe de estado". Hubo uno que...

- Para, que me destornillo de risa.
- Tengo otro chiste mejor: el voto es obligatorio.
- Ja, ja, ja, ja, ese está buenísimo. Ya no puedo más. No sigas.

El voto no sólo es obligatorio, su incumplimiento es multado. La Libreta Electoral es el documento de identidad nacional. Sin ella uno está en el limbo civil, uno no es ciudadano, punto. No se puede obtener pasaporte ni renovarlo aunque te encuentres en la Cochinchina y no haya mesas electorales ni posibilidad de votar por correo. La Libreta Electoral unida al voto obligatorio simboliza nuestra hipócrita sociedad en toda su trágica dimensión.

4.- El Poder Legislativo

Hablar del Poder Legislativo en las épocas de tiranía, que fueron muchas, es insultar a esa institución y este Réquiem no pretende insultar a nadie: con describirles es suficiente. En tiempos de gobiernos militares se elegían al Congreso a sumisos o inescrupulosos seguidores del poder y del dinero. No podía ser de otra manera porque la oposición había sido deportada o estaba en la clandestinidad absoluta. Durante nuestra transitoria democracia el Congreso ha tenido un papel decoroso dentro de lo que se puede esperar, salvo errores garrafales como censurar al Dr. Carlos Cueto Fernandini, ministro de educación, por creer que los insultaba cuando mencionó que el problema era cuestión de "semántica". O cuando rechazaron el nombramiento de Pérez de Cuellar como embajador en Brasil y días más tarde fue elegido por la Asamblea de las Naciones Unidas para ser su Secretario General. Pequeñeces, en comparación de otras monstruosidades legalistas.

En el Perú hay más leyes y reglamentos vigentes de lo que uno puede suponer o entender. Leyes que se superponen a otras, leyes que se contradicen, leyes que no entiende nadie. No hay campo social, económico, ecológico, climatológico, educativo, en fin no hay área de la actividad humana, vegetal, animal o minera que no está legislada. Gracias a Dios que las leyes no se obedecen, si no el país estaría totalmente paralizado. Los peruanos hemos decidido creer que todo se resuelve con leyes y eso nos consuela quijotescamente mientras ignoramos nuestra realidad.

Lo siguiente es una reproducción bastante fiel de la entrevista a un senador el pasado octubre:

- Señor Senador, ¿qué opina de la sequía en el norte?
- El senado está estudiando una ley para regular las aguas.
- Pero, ¿no cree Ud. que los pueblos necesitan una ayuda inmediata?
- Efectivamente, estamos a punto de terminar otra ley que coordine la acción del gobierno con las municipalidades que estén afectadas. El Congreso ya ha tomado cartas en el asunto.

Si los pueblos afectados esperasen que esas leyes les resolvieran la sequía, ya hubieran desaparecido.

No obstante, en el Perú todavía creemos que las leyes van a resolver todos nuestros problemas.

- El desempleo llega a 60% de la población laboral.
- "Propondremos una ley para reducirlo".
- El terrorismo y la criminalidad aumenta.
- "Justamente llenaremos ese vacío de la ley y lo controlaremos".
- El narcotráfico es incontrolable.
- "Hemos pedido mayores facultades al Congreso".
- La "Corriente del Niño" se acerca.
- "Daremos una Ley de Emergencia Nacional que resuelva la situación".
- El cólera sigue causando víctimas.
- "Nos faltan leyes sanitarias para evitarlo".
- Fujimori se ha dado un golpe de estado eliminando al Congreso.
- "El Sr. Fujimori ha sido destituido. De acuerdo a la constitución vigente, el nuevo Presidente del Perú es el Sr. San Román"
¿Más ejemplos?, aquí va el último:
- Sr. Fujimori, ¿cómo va a resolver la situación catastrófica en la que se encuentra el Perú?
- "Propondré una nueva constitución. Necesitamos más y mejores leyes".

El legalismo ha hecho que la legalidad no se practique. Hecha la ley, hecha la trampa. Más leyes, más trampas. Cuando no hay valores nacionales auténticos, cuando... mejor citamos a Tácito: "cuando una nación está más corrompida es cuando más se multiplican las leyes". Siglos después Voltaire añadía en su estilo: "la multitud de leyes es, en un Estado, lo que el gran número de médicos: señal de enfermedad y debilidad". Lacónico, Napoleón reconocía: "más fácil es hacer leyes que hacerlas ejecutar". Pero nosotros dale con las leyes aunque estemos absolutamente convencidos que no van a servir porque somos un pueblo indisciplinado y obediente, quejoso y resignado, cobarde y heroico, legalista y anárquico.

- ¿Lo entiende Ud.?
- Absolutamente.

Sigamos con el Poder Legislativo. ¿Es inútil ese organismo?, ¿tal vez obsoleto?, ¿están perdiendo el tiempo los representantes de la nación? De ninguna manera. Un congreso democráticamente elegido es la única forma de ventilar problemas nacionales. Francamente se les puede perdonar la abundancia de leyes porque, quizá, la función principal de nuestro Poder Legislativo no sea legislar sino discutir y eso no es trivial ni insensato. Todo lo contrario, ventilar los problemas nacionales fuerza a los representantes a discutir en alta voz, escuchar posturas contrarias y combatirlas. Tomar posiciones por más radicales que éstas sean indica convicciones fuertes, posturas y principios. Es solamente un largo proceso el que lleva un país a darse cuenta de las diferentes opiniones que se tienen sobre su destino. Lo más importante es escuchar a representantes de sectores marginados alzar su voz de protesta por la manera como se conduce el gobierno de la nación. Fujimori y todos los tiranos del Perú deberían recordar que los movimientos terroristas del país se iniciaron al término de una larga dictadura en la cual las voces del pueblo estuvieron acalladas por los tanques. Un congreso democrático permite que todas las voces se escuchen y se practique la tolerancia y el respeto a las ideas ajenas.

Es lamentable que de vez en cuando un representante pierda los papeles y le lance un puñetazo al rival; sin embargo es mejor que el terrorismo. Además, al calor de las discusiones se pierde a veces la cabeza y se desemboca en enfrentamientos bochornosos. Esto sucede en países tan civilizados como Japón o Francia. No en el congreso de Estados Unidos porque allí no hay gran diferencia de opiniones: un demócrata del sur piensa igual que un republicano del norte.

Los debates de las cámara deberían ser transmitidos habitualmente por la radio y la televisión. Aparte de que son entretenidos, sin duda mejor que las telenovelas, son educativos. Veríamos sin lugar a dudas muchas intervenciones jocosas, otras mal hilvanadas, tomaríamos nota de ciertos incapaces "padres de la patria", nos arrepentiríamos de haber elegido a éste o aquél, pero estoy seguro de que la mayor parte de lo que escucharíamos nos haría sentir más responsables de nuestra condición ciudadana y más exigentes al escoger a nuestros representantes. El camino hacia la libertad y democracia es un largo proceso educativo. Mejorar un país requiere conocer sus problemas y los hombres que tratan de resolverlos. ¿Cómo se puede ayudar al progreso cerrando los ojos a nuestro entorno e ignorando las voces de los que pretenden describirlo?

Hay un gran sector de la población que ha perdido la fe en el Congreso, qué pena. Parte de la explicación proviene de su execrable sumisión durante las dictaduras. Otra, la elección de candidatos que uno no conoce. Me explico: los partidos políticos proponen candidatos presidenciales a líderes de los cuales se tiene alguna idea e imagen, sea ésta falso o no. Pues bien, cuando se trata de senadores y diputados el reconocimiento de esos candidatos es imposible. A veces un apellido es familiar a nuestros oídos, no sus antecedentes, ni su conducta, menos su ética profesional. El electorado tiene que decidir en base al partido que los propone y no a los méritos personales. Si existe ya una incógnita en el desenvolvimiento que tendrá el futuro presidente, el cual ha tratado de esbozar algún plan de gobierno y lanzado promesas concretas, en el caso de los miembros al Congreso no se sabe nada, solamente sus nombres pintados en las paredes de la ciudad. Durante las campañas electorales la voz de los candidatos regionales sólo la oyen los cuatro gatos que asisten a las reuniones del partido. El resultado final es tener las cámaras compuestas por representantes de partidos pero no de pueblos, y esto no es una sutileza. Compleméntese el panorama con la inexistencia de ideologías políticas basadas en la realidad nacional y encontraremos a nuestra población alienada e impotente ante la actuación parlamentaria.

Una compensación a esta falta de representatividad sería tener, en una de las cámaras, parlamentarios elegidos por gremios, asociaciones y sindicatos. Por ejemplo, un profesor tiene más posibilidad de ser genuinamente representado por un miembro del magisterio que por el senador de su departamento. Hay más posibilidades que un maestro conozca la ética profesional de otro, que la del candidato de su provincia. La trayectoria profesional y la conducta de un compañero del ramo es más fácil de ser evaluada que la de tránsfugas políticos, de los que no se sabe por qué equipo patean, qué negociados están detrás de sus propuestas ni qué favores políticos están pagando. Menos se sabe de su actuación en el parlamento una vez que son elegidos. Este es un punto álgido en la cuestión. Los "padres de la patria" no dan cuenta al pueblo que los eligió de sus logros parlamentarios. Es decir, todo lo que han podido poner en los volantes profusamente repartidos durante las campañas electorales, todo lo que dijeron en sus discursos buscando el voto popular, en fin todas las promesas electorales se quedan en el aire, y en la próxima elección se vuelven a presentar tan campantes.
Nunca regresan a su pueblo a dar cuenta de lo que hicieron con el mandato que se les dio. Una vez elegidos, perdidos. Si tuviésemos representantes de los gremios éstos serían mejor controlados por sus bases, tendrían mayor cuidado en hacer o no hacer, sabrían que sus compañeros estarían atentos a su participación legislativa y no se atreverían a presentarse otra vez si su actuación fuese censurada por sus colegas.

Los colegios de profesionales así como las comunidades indígenas podrían ser escuchados directamente sin necesidad de recurrir a politiqueros profesionales que sobreviven legislatura tras legislatura debido a un artificio constitucional. Una mezcla prudente y evolutiva de sectores profesionales, técnicos, artísticos, agrícolas, etc. con los representantes de zonas geográficas darían un pluralismo útil en las discusiones parlamentarias y una mayor oportunidad de ser representados de una manera o de otra. Habrá quien diga que no se ganaría nada porque esos sectores se politizarían. Muchos ya lo están. Sin embargo, se obtendría la representación democrática de un gremio y la posibilidad de ir creando dentro de él una conciencia política y una posición sectorial ante los problemas nacionales.

Disculpen la disgregación anterior. Una pérdida de tiempo. En el Perú es una blasfemia estéril proponer cambios. Nuestra sangre debe ser borbónica. Vemos que caen cabezas alrededor nuestro y, como si fuésemos Luis XVI, seguimos jugando con cerraduras y candados.

Agnus Dei
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Da reposo eterno a los ovinos del Perú. No tengas prisa.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. ¿Por qué no te pones una campanita al cuello para que te reconozcamos?
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Cuídate y cuídanos de los lobos disfrazados de ovejas. Son muchos.
A propósito, Cordero de Dios, ¿quitas los pecados del mundo?, ¿cómo?